Cumplo 30

Escribir estas líneas me ha costado más de lo que yo pensaba, debe ser que eso de hablar de una misma cuesta un poco, por lo menos en mi caso. El tema es que, dentro de unos días cambio de década…  cumplo 30 años, me hago mayor. Y eso, digan lo que digan, asusta. No es que de un día para otro dejes de ser «joven» (por etiquetarlo de alguna manera) para pasar a convertirte en «adulto». No, no es eso. El cambio no es de repente.

Pero es verdad que un día te das cuenta de que en poco tiempo empiezas a ver la vida desde otra perspectiva, empiezas a disfrutar con cosas o situaciones que antes hasta detestabas y tu escala de prioridades se va reorganizando sin que puedas hacer nada por remediarlo. Es más, esa nueva escala de prioridades se presenta de lo más interesante. Como me dijo un amigo hace unos días…»nos hacemos mayores». Y así, de repente…

He dejado de pedir Coca-Cola cuando salgo a comer. Pido vino y, además, lo disfruto. Si es Albariño, mejor. Aunque tampoco me niego a un buen tinto.

El pescado es un plato recurrente en mi alimentación, me gusta y me sienta  bien.

Me interesan las tiendas de decoración, sus revistas y sus catálogos. Los miro, estudio y construyo mentalmente combinaciones de salones dignas de cualquier decorador (bueno tampoco es para tanto, pero a mi me gustan).

Me encantan los planes de domingo por la mañana.

Admiro, más si cabe, a mis padres.

Ver una peli un viernes por la tarde es un plan mas que apetecible.

El «menos es más» se convierte en dogma de fe en cuestiones fashionistas.

Me he dado cuenta de que la idea de formar una familia, mi familia, está cada vez más próxima y esto me encanta.

Las discotecas, y eso que tampoco las he frecuentado demasiado durante mi adolescencia,  son lugares lejanos, ruidosos y poco atractivos. Prefiero un concierto, a poder ser en sala pequeña.

Quedar a tomar café es algo normal cuando quedas con amigos.

Aprender a cocinar es uno de mis próximos objetivos. Pero cocinar de verdad. Disfrutar con mis «creaciones» e invitar a los míos a disfrutar de ellas. Con un buen vino, por supuesto.

Me gusta hacer fotos, pero para mi, no para las redes sociales. A amigos , a paisajes, a detalles o a tonterías que me hacen feliz.

Si  también estais experimentando alguno de estos pequeños cambios, ya sabéis amigos…nos hacemos mayores.

Un saludo desde el quinto 😉