Que no se pierda la magia que desprendes. Ni el misterio. Ni ese halo de timidez que, sin quererlo, te hace diferente. No luches por ser lo que no eres. Eres especial. Así, tal cual, no quiero que cambies. Sigue sonriendo a la vida y a las personas que te acompañan, sigue con esa magia que solo ellos conocen. Sigue leyendo esos libros que nadie entiende. Que te tomen por loca. Por desequilibrada. Mientras tanto, en tu espacio particular reirás y pensarás la cantidad de ilusos que campan por el mundo. Tú a lo tuyo. Con paso firme y sonrisa delicada. Que no te rocen las críticas, sobre todo si de constructivas tienen poco. Es más, las constructivas solo de quien puede, no de quien quiere. Y así todo. Y volvemos a los gustos raros, a esas canciones que solo a ti te transportan a algún lugar que no se encuentra en la Tierra. Solo a ti. Porque sólo tú lo entiendes. Y los demás, que miren, que hablen. Que siempre quedará tiempo para reírnos sin sentido o con los cinco a la vez.
Que no se pierda la magia que creas en la mañana de Reyes, los nervios propios de una niña de 6 años, de esa niña que, en el fondo no quieres (ni debes) abandonar. Sácala siempre que quieras, que esa niña de muestras de felicidad allá donde vayas, que siempre te acompañe y que nunca se quiera marchar. Tampoco dejes de hacer listas de deseos, caprichos y cosas por descubrir porque, aunque probablemente la mayoría no llegue a cumplirse, otras sí lo harán, además, mientras escribimos soñamos un poquito y viajamos donde queremos sin movernos del sitio. Y esto, querida, es maravilloso.
Tampoco dejes de pedir deseos en la noche de San Juan, ni hablarle a la Luna llena, ni suspirar al ver una estrella fugaz. Que esos segundos de magia en el sentido mas verdadero de la palabra no los pierdas nunca. Jamás. De esos pedacitos de magia estás hecha, de eso se fabrica la diferencia y tú lo eres.
Pero tu sigue tu camino. No te distraigas. Alguien te dijo en alguna ocasión que esa manera de ser entre incompresible y magnética podría levantar miradas, dejémoslo ahí. Bueno, ahí andamos caminando a dos aguas para que la marea no sea demasiado fuerte. No es culpa tuya, no. Tú eres así. Y conocerte es lo mejor que pueden hacer para quedarse. Sigue sonriendo a la vida y sin reír gracias de nadie, porque tu risa es valiosa y no se va regalando por ahí. Sigue pidiendo helado de limón, tarta de manzana y palomitas de colores. Nunca dejes de emocionarte con cualquier cosa, por cualquier motivo y en cualquier lugar. Es difícil entenderte pero sigue así, que nunca pensaste escalar montañas y, de repente, esto se ha convertido en una gran afición.
Que no se pierda la magia de querer escribir, de escapar por un rato de la realidad y sumergirte en el universo de las palabras. Tómalo como una terapia, un remanso de paz. Como ese baño en la piscina a última hora del día después de un día de trabajo, tómalo así, con tranquilidad, a pequeños sorbos y disfrutando de cada segundo. Evádete. Sueña.
Tampoco dejes nunca de bailar. Jamás. Como la mejor de las medicinas. Sola o acompañada. Pero baila. Sin mirar a tu alrededor. La música y tú. Porque no estás loca, de hecho eres la mas cuerda de todos. Y eso, todos lo sabemos, aunque a veces te guste jugar al despiste.
Y ahora vuelve a escribir, siéntate, no pienses, teclea y que salga el Sol por donde quiera.
Nos leemos pronto,
Disfruten del verano.
LCDQ
Fantástica entrada 🙂
https://confesionesydesvarios.wordpress.com
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¡Mil gracias!
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Los pelos de punta Bea!! Magnifico post, precioso, salido de dentro, que emociona y que engancha. Te prometo que ha habido veces que parecía que me estabas hablando a mí, diciéndome lo que necesito oír. Disfruta del verano. Un besazo guapa!!
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Muchas gracias, Irache. No te imaginas la ilusión que me hace tu comentario. Un beso muy grande y que tengas un bonito verano.
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No dejes que nadie te diga qué es la vida, no dejes que nadie te diga cómo ha de vivirse, ten en cuenta a esa gente sólo como si fuesen los escaparates de unas tiendas en las que sólo tú decides si entrar o pasar de largo. Convéncete, pero no dejes que te convenzan. Ríndete cuentas, no les des explicaciones. Crea un jardín a tu alrededor, tan peculiar y diferente como te apetezca, no dejes que nada ni nadie estropee ni la más nimia de las ramas, no permitas que nadie lo riegue y dé una orientación diferente a sus plantas.
Vive, si quieres, o muere, si no quieres vivir. Sé tú misma; sólo vas a tener una oportunidad.
Una.
(Bonita entrada. Estoy seguro de que no perderás jamás esa magia).
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En eso estamos, en eso consiste la magia, lo auténtico, lo de verdad…Gracias por el comentario. Un abrazo
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Precioso relato!! Me he sentido identificada en alguna de las partes jajaja
Un besito, nos leemos.
http://theworldofthelettersanddreams.blogspot.com
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Muy muy buena entrada😊 Hacía tiempo que no leía algo tan inspirador.
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Autenticidad a raudales… ¿para qué queremos más?
Un abrazo.
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¡Muchas gracias!
Un beso
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A miles de kilómetros seguramente estoy, y aún así comprendiste más que muchos a cinco pasos. Excelente entrada. Nunca pierdas tu magia.
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Muchas gracias
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