Nunca he sido yo de medias tintas, ya saben. Cuando hay algo que me gusta, es que es de verdad de la buena. De la misma manera ocurre al contrario, si hay algo que no me gusta, no traten de convencerme, es así de simple. Esta pequeña introducción sirve para exponerles mis obsesiones de los últimos meses, días o incluso horas. Pero son obsesiones reales, nada de caprichos pasajeros, no se vayan a equivocar…
Las cámaras polaroid, es un claro ejemplo de obsesión en el tiempo. Me fascinan. La imagen en sí. El captar ese momento en un instante y guardarlo para siempre como un tesoro. La estética, sí, es eso, es la estética entre vintage, algo rancia y única que esas instantáneas ofrecen. Recuerdo que mi padre tuvo una hace tiempo, me pregunto dónde estará el dichoso aparatito ahora. Investigaré.
Una obsesión relativamente reciente son los ambientadores de hogar. Pero aquí no entran todos, no. Mi preferido: White Jasmine de Zara Home, me transporta a algún lugar especial. Y huele taaaaan bien…
Las mesas de comedor. Puede que ésta sea una mezcla de obsesión y necesidad, por aquello de decorar mi casa. Me gustan de todo tipo, pero ésta de estilo nórdico me tiene enamorada.
El blanco, el negro y el gris. Así, los tres de golpe. Con estos tres colores podría vivir, decorar mi casa, vestir. Y nunca, jamás, cansarme. Ni fallar.
El pelo corto (o melena midi, para los entendidos). Puede que sea el hecho de no poder cortármelo hasta que pase el evento en cuestión lo que hace de la melena corta toda una obsesión para mi en los últimos días. Después del día B, quiero cortarme el pelo así:
El steak tartare. Bueno eso, o cualquier comida a base de crudos. Se acepta cualquier variedad de sushi, carpaccio, tartare en cualquiera de sus variantes…Siempre es bienvenido. El mejor que he probado: el steak tartare del restaurante El Landó (Plaza de Gabriel Miró, 8, Madrid). Espectacular se queda corto.
Las botas de la marca madrileña Howsty
Bañarme en el mar. No es amor, es una obsesión. Que llegue ya.
Las mesas de trabajo bonitas. No me negaran que en un espacio como este el trabajo es otro rollo. Algún día tendré una así. Sueño con ese momento.
El paso del tiempo. Sí, señores. Aunque parece que se dice demasiado y suene algo repetitivo: el tiempo vuela. Así que…¡a aprovecharlo!
LCDQ
Genial!!! Como te entiendo con el pelo!! A los dos dias del gran día agarre las tijeras!! Y esas camaras polaroid… Tenia una en tiempos y cuando fui a buscarla no funcionaba, asi que me hecho con una de las de ahora…Yo también estoy deseando de montar mi rinconcito de trabajo… Un besote!
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Ufff!! Lo del pelo lo llevo fatal…jejejeje. Un beso y gracias por el comentario!
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¡Me encanta esa mesa de trabajo! Coincido plenamente contigo en que trabajar en un espacio así, no es trabajar. De una parte hasta aquí me he obsesionado con el blanco, tanto para decorar la casa como para vestir, y te doy la razón en que esa combinación blanco-negro-gris es un acierto 100% para cualquier evento. Mi otro obsesión es el tiempo, no vuela, no, se escapa de tus manos a una velocidad vertiginosa…
Un beso,
Patricia.
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Muchas gracias Patricia, me alegro de que te haya gustado. Un beso y que tengas un buen día 🙂
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¡Esta entrada es super chula! Todos tenemos ibsesiones es una cosa que siempre tendremos, me identifico con la del pelo corto y la playa 😉
Besos :3
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Guapa!!! Tus post siempre me hacen sonreír ( y a veces reír a carcajadas) gracias!
Un placer leerte, como siempre.
MUA!
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me uno a lo del baño en el mar!..yo quiero yaa…y también lo de los ambientadores…lo malo es que en general duran muy poco!
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El mismo ambientador tengo yo en casa!jajaja
Comparto todas y cada una de tus obsesiones!! Genial post!!
Un besazo!
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yo me quedo con las polaroid y el ambientador, que buen gusto
un beso
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