Hace algunas semanas hice una escapada de esas que se quedan en la retina y en la cabeza durante días, aunque podría decir sin temor a equivocarme que esos recuerdos suelen quedarse eternamente. San Sebastián fue el destino elegido. Y, haciendo memoria, puedo decir todo esto…
La Bella Easo. Donosti. San Sebastián. La ciudad de la elegancia innata y el estilo por bandera. De los paseos a cualquier hora por La Concha. De las carreras matutinas acompañadas de esa fresca brisa marina. Es humedad y niebla nocturna. San Sebastián son pintxos en Fermín Calbetón. Es txuleta en Casa Néstor y erizos en Gandarias. Son gildas, txangurro, tortilla de patata y zuritos a deshoras. Es vino del año en vaso, que somos de aquí. Es café en la Zurriola y helado bajo el Kursaal.
San Sebastián es su gente. Su amabilidad y educación. San Sebastián también es una pequeña escapada a San Jean de Luz y dejar que allí se pare el tiempo, caminar sin rumbo, perderse con gusto y soñar con volver algún día para poder escribir desde alguna de sus terrazas con vistas a la hermosa playa.
También hay espacio para un besugo en Getaria y surf en Zarauz. Son las vistas desde el Monte Igueldo, aunque desde el Urgull se ven todas sus playas. Su antiguo parque de atracciones. Los puestos de globos y chucherías para los niños. San Sebastián es el murmullo del mar, las olas rompiendo sin pudor para empapar al más valiente, las idas y venidas de sus viandantes.
San Sebastián se mueve a ritmo de jazz. Son paseos y risas acompasadas. Son abrazos que asustan al frío.
Son estas tiendas
San Sebastián es amor a primera vista, es gustar sin conocer, es querer volver cuando aún no te has marchado.
CdQ
P.D. 48 horas en Oporto, Recuerdo París, Sobre las 10 cosas que debes (o deberías) hacer en Lisboa, Los Ángeles, Welcome to fabulous Las Vegas, New York, I love You
Todas las imágenes @lachicadelquinto
¡Qué bonito es Donosti! (y el norte en general con todo eso que tan bien cuentas…!) 🙂
Un beeeso y buen día, Bea
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Totalmente de acuerdo Blanca 🙂
Un beso enorme!
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Me encanta como escribes.Un abrazo❤
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¡Muchas gracias!
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El norte es increíble. QUE PRECIOSO post.
Te recomiendo que no te pierdas Asturias, y que te pases al menos por alguno de sus rincones, te aseguro que ninguno tiene desperdicio. Es para quedarse prendada.
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Conozco Asturias bastante bien, tengo muy buenos amigos allí y los mejores recuerdos, es una maravilla en todos los sentidos.
¡Muchas gracias por el comentario!
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Qué chulada y cuántas cosas te has llevado de allí!
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¡Los mejores recuerdos!
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Una de mis ciudades pendientes… Iba a ser este verano, pero al final optamos por una escapada a Andorra, a la montaña y la naturaleza.
Me quedo con tus recuerdos para el día que vaya. Y contarte los míos 😉
Feliz semana Bea.
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Te encantará, estoy segura 🙂
Un beso!
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Que bonito Bea!! No la has podido describir mejor. Donosti, para mi es una ciudad muy especial, Iñaki estudió y vivió diez años allí, tengo familia y amigos. Y cada vez que voy, no dejo de sorprenderme y enamorarme de ella. Un beso amiga.
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Donosti me ha enamorado desde el primer momento, sólo pienso en volver y seguir disfrutando de ella.
Un beso grande Irache!
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¡Genial descripción! Soberbio memorándum de, puede que nuestro más hermoso enclave urbano en la península.
Tu estilo narrativo me ha evocado remembranzas de Azorín. Una intuición un tanto cogida por los pelos por cuanto, tampoco tengo muy claro cuál es el estilo de aquel ‘máquina’; aunque sí recuerdo que gustaba prodigarse en sentencias más bien breves, concatenadas entre puntos y no comas; forzando pausas de sosiego, reflexión de paz calmada y placidez meditabunda a la vez de contundente; disfrutando cada paso en el sendero de cualquier argumentario como el guru que se jacta al divulgar su cognición al otro, esparciendo sus saberes poco a poco, sin temor al resultado o al fracaso de su plática sanadora.
Estas eran las prosas que nos valdrán de curare al regresar de entre follajes espinosos malheridos por zarzales de ingratitud y malicia; tras haber intentado vadear inhóspitos atajos entre vida y desengaño, esquivando lo bravío sin apreciar hasta qué punto lo salvaje era lo bello.
-(La lié de nuevo)- ¿Ves? A mí las frases me salen muuuucho más largas. Tendré que pasarme por aquí más a menudo para ver cómo lo haces; razón de más para que ejerzas sobre mí tu calidad de antídoto.
De tal modo te estaré leyendo (si localizo el click propicio) mediante la oportuna subscripción incuestionable.
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